Las manzanas contienen diversos flavonoides, el más activo e importante, por su efecto antioxidante, es la quercitina. Las manzanas son, junto con las cebollas, los vegetales más ricos en quercitina. Las sustancias que contienen las manzanas explican las muchas propiedades medicinales de este prodigioso fruto: anti-diarreico, laxante, diurético, disminuye el nivel de grasa de la sangre, colerético, tonificante del sistema nervioso, alcalinizante, antioxidante. El consumo diario conviene:
Diarreas y colitis: la pectina de la manzana actúa como esponja capaz de absorber y eliminar las toxinas producidas por las bacterias causantes de gastroenteritis y colitis. Los ácidos orgánicos actúan como antisépticos y reguladores de la flora bacteriana normal del intestino.
Estreñimiento: la manzana regula el funcionamiento del intestino, y corrige la diarrea como el estreñimiento. Consumir una o dos manzanas por la mañana, contribuye a vencer la hipotonía o pereza intestinal, esta es la causante más habitual del estreñimiento.
Hipertensión arterial: estudios realizados en Japón, han puesto de manifiesto que personas que consumen habitualmente manzanas presentan cifras de presión arterial más bajas que el resto de la población. La manzana prácticamente no contiene sodio, y es bastante rica en potasio, lo cual contribuye a su efecto hipotensor.
Exceso de colesterol: el consumo de 2 a 3 manzanas diarias por varios meses, es eficaz para reducir el nivel de colesterol.
Diabetes: las personas enfermas de diabetes pueden consumir perfectamente bien la manzana por dos razones.
- Una gran parte de la azúcar está formada por fructosa, esta no necesita de insulina para entrar en las células.
- La pectina actúa como un regulador de la liberación de azúcares, permitiendo que su paso a la sangre sea lento y progresivo.