Los garbanzos son un alimento muy completo, cuya proporción de nutrientes es bastante equilibrada; por lo cual pueden perfectamente constituir el plato principal de una comida. El uso habitual de los garbanzos se recomienda en los siguientes casos.
Colesterol: los garbanzos contienen una moderada cantidad de grasas de alto valor biológico (mono y poli-insaturadas, lo cual contribuye a reducir los niveles de colesterol en la sangre. Además, su fibra impide la absorción del colesterol procedente de otros alimentos en el intestino. El consumo de garbanzo previene la arterosclerosis en todas sus manifestaciones, incluyendo el infarto al miocardio.
Estreñimiento: la fibra del garbanzo actúa como un estimulante natural de los movimientos peristálticos intestinales, esto hace progresar el bolo fecal.
Trastornos del sistema nervioso: los garbanzos son muy recomendables para quienes padecen de estrés y depresión nerviosa.
Embarazo: por su riqueza en fosfatos, que evitan las malformaciones del sistema nervioso en el feto, así como por su gran riqueza en proteínas, hierro y otros minerales, esta legumbre resulta un alimento ideal para las mujeres embarazadas.