El estudio ha sido dirigido por investigadores de la Universidad del Sur de Florida en el Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer (ADRC) de Florida.
“Nos sorprendió encontrar que la exposición a los teléfonos móviles, iniciada al principio de la etapa adulta, protege la memoria en ratones que de otra manera desarrollarían los síntomas de la enfermedad de Alzheimer”, confiesa el autor principal, Gary Arendash. “Nos resultó aún más asombroso que las ondas electromagnéticas generadas por los teléfonos móviles revirtieran el deterioro en la memoria en ratones viejos con el mal de Alzheimer”.
Los investigadores constataron que la exposición de ratones viejos con el mal de Alzheimer a ondas electromagnéticas generadas por teléfonos móviles eliminaba depósitos cerebrales de la dañina proteína beta-amiloide, además de impedir el desarrollo de tales acumulaciones en ratones más jóvenes proclives a contraer el mal. Esas placas cerebrales formadas por la acumulación anormal de beta-amiloide son un rasgo propio de la enfermedad de Alzheimer. La mayoría de los tratamientos contra ella se centran en actuar contra la beta-amiloide.