La composición de la sandía es muy similar a la del melón, aunque contiene menos vitamina C, folatos, hierro y potasio, pero tiene más beta-caroteno, vitamina B1 y vitamina B6.
Una buena rodaja de sandía es un refrescante natural y muy superior a las bebidas embotelladas. Los niños se ven beneficiados por el efecto refrescante y mineralizante de esta fruta. Se ha sabido que la sandía contiene una cantidad de licopeno. El licopeno es la sustancia responsable de darle el color rojo al tomate y a la sandía, esta sustancia actúa en el organismo como un potente antioxidante y como un factor protector del cáncer de próstata.
Los efectos que produce en el organismo son similares a los del melón; hidratante, remineralizante, alcalinizante, diurético y laxante. La sandía ejerce más poder diurético que el melón.
El consumo de la sandía está indicado principalmente en las dolencias de los riñones y de las vías urinarias (insuficiencia renal, litiasis, infecciones).
Las personas enfermas de diabetes toleran perfectamente bien la sandía, debido a su bajo contenido en azúcar, la sandía solo aporta 32 kcal/100 gr, y produce sensación inmediata de saciedad, también se recomienda en los tratamientos alternativos para adelgazar.