A pesar de lo populares y deliciosos que son los platillos elaborados a base de arroz, se trata de uno de los cereales más pobres en principios nutritivos.
El consumo de arroz blanco como alimento principal, produce una carencia grave en vitamina B1, lo que da lugar a la enfermedad de beriberi. Cuando se tiene una alimentación más variada, y el arroz blanco se acompaña de otros alimentos ricos en vitamina B1, tales como frutos secos oleaginosos o las legumbres, existen menos riesgos de sufrir la carencia de esta vitamina. Lo ideal es consumir arroz integral, el cual contiene una cantidad mayor de vitaminas B1 así como B2, B6 y niacina.
Consumir arroz conviene especialmente en los casos de:
Diarrea en general: este es conveniente consumirlo en hervido en agua con un poco de aceite y sal. Su excelente digestibilidad, unida a la suave acción astringente que pose, hace del arroz un alimento altamente recomendable para recuperar la mucosa intestinal tras una colitis o gastrointestinal.
Diarreas infantiles: el agua de arroz constituye el líquido ideal para la rehidratación oral en caso de diarrea. Se puede dar como una bebida, añadiendo a discreción unas cuantas gotas de limón.
Afecciones cardiacas: cuando el corazón no cumple bien su función (insuficiencia cardiaca), se produce un acumulo de líquidos en los tejidos, y los riñones no eliminan suficiente orina. Por ello, en caso de insuficiencia cardiaca, conviene una alimentación baja en sodio, y el arroz constituye un alimento ideal.
Aumento de colesterol: el arroz integral, debido a su contenido en fibra vegetal, impide la absorción de los ácidos biliares en el intestino.
Exceso de ácido úrico: debido a su escaso contenido en proteínas, así como a su efecto alcalinizante, el arroz es muy recomendable en el caso de exceso de ácido úrico en la sangre, que se manifiesta como gota y artritismo.
