Uno de los ejemplos más claros del daño del la exposición prolongada al sol es cuando nos encontramos en la playa pero al no colocarnos el bloqueador solar, la piel se quema y se daña de una manera inimaginable.
El cuerpo necesita de tener un pequeño contacto con el sol pero no continuo, puesto que el sol elimina algunas bacterias que están en la piel, principalmente en los brazos, los cuales generalmente están expuestos al sol. Sin embargo se debe tener una precaución pues el contacto por prolongados periodos de tiempo al sol puede causar, entre otras cosas, manchas en la piel y en casos extremos cáncer.
Si alguien planea tomar el sol, entonces es necesario colocarse suficiente bloqueador solar en para evitar esta clase de quemaduras, de igual manera tener un tiempo límite para asolearse, con esto se evitará el alto riesgo de padecer alguno de los problemas mencionados.
Una vez que se terminó de estar en contacto con el sol, es recomendable tomar un baño con agua tibia para que de esta forma los poros del cuerpo se abran y respiren como deben hacerlo continuamente.