Obesidad: el consumo del camote protege contra la obesidad. Ciertamente se trata de un alimento rico en almidón, y con muchas calorías (más que las patatas), pero este tiene la propiedad de producir saciedad el cual lo hace muy útil en el caso de la obesidad.
El camote, al producir saciedad de plenitud en el estomago y disminuir el apetito, ayuda a las personas obesas a reducir el consumo de calorías. Sin embargo, el camote se debe de consumir en cantidades controladas, con el fin de no sobrepasar la ingesta calórica diaria. El camote no debe de ser la base de la alimentación, debido a su carencia de grasa y proteínas. Sin embargo, combinando el camote con leche, leguminosas o con frutos secos, constituye un alimento nutritivo e igualmente saciante.
Arterosclerosis y afecciones circulatorias: la gran riqueza del beta-caroteno hace del camote un alimento muy recomendable en los casos de arterosclerosis. También el camote carece parcialmente de grasas saturadas y de sodio, los dos enemigos principales de las arterias. Se recomienda el consumo habitual del camote en casos de arterosclerosis, falta de irrigación sanguínea e hipertensión arterial.
Aumentar las necesidades energéticas: el consumo abundante de camote es muy recomendable en personas que realizan esfuerzos físicos importantes, en los deportistas y en las personas convalecientes. En estos casos el camote puede constituir el alimento principal de la comida del mediodía, dos o tres veces por semana.