Composición química: el azúcar favorece a las caries dentales; las sustancias cancerígenas que se encuentran en ciertos tipos de carne así como las bebidas alcohólicas, favorecen al cáncer de boca, esófago y de estomago.
Textura física: los alimentos duros que exigen masticación severa, fortalecen las encías y los dientes en general, pero, si no son bien masticados, pueden irritar el esófago y el estomago.
Temperatura: los alimentos muy calientes o muy fríos irritan la mucosa digestiva, y pueden ser en ciertos casos factor causante de cáncer.
Los condimentos estimulan el apetito y preparan el estómago para la digestión. Los más recomendables son el ajo, limón y las hierbas aromáticas. La papaya favorece todos los procesos digestivos debido, entre otras cosas, a su contenido en papaína. Esta encima deshace las proteínas y puede suplir en parte la deficiencia de jugo digestivo. Por su contenido en pectina (fibra soluble), la manzana regula el intestino y equilibra la flora intestinal con lo cual puede mejorar la halitosis. El consumo de frutas en abundancia es garantía de una dieta sana, favorecedora de la salud y grata al los más exigentes paladares por su variedad de diferentes texturas y sabores.