El colon irritable, es un síndrome caracterizado por: malestar, distensión abdominal y alteraciones bruscas entre episodios de estreñimiento y de diarrea. El diagnostico por lo general se hace por exclusión, tras descartar la existencia de patológicas en el intestino.
Además de tener en cuenta las recomendaciones dietéticas que se dan, conviene prestar atención a estos factores que pueden favorecer la aparición del síndrome de colon irritable.
Tratamiento con medicamentos irritantes para la mucosa intestinal, como los comprimidos de hierro o los antibióticos.
Alergia o intolerancia a ciertos productos, como ejemplo a la lactosa o al gluten.
Estrés psíquico, ansiedad o desequilibrio neurovegetativo.
Aumentar el consumo de: avena, fruta, maíz, papaya, arándano, fibra, yogur, agua. Disminuir o eliminar el consumo de salvado de trigo, legumbres, leche, gluten carne.
Colitis, es la inflamación del colon, el segmento más importante del intestino grueso. Se manifiesta con heces diarreicas o descompuestas, que en ocasiones pueden contener mucosidad y restos de sangre.
Suele ser causa infecciosa, aunque las alergias y las intolerancias alimenticias, así como los antibióticos y los laxantes, son parte importante para la formación. Un alimento que no resulte agresivo para el colon contribuye para mejorar la colitis.
Aumentar el consumo de: hortalizas, hierro, vitamina A, leche de soja, manzana, membrillo, granada, níspero, plátano, zanahoria, papaya, zapote, arroz, avena, yogur. Disminuir el consumo de: salvado de trigo, café, especias.
Colitis ulcerosa, es una forma grave de la colitis, la cual puede convertirse en crónica espontánea. La casusa de la formación es desconocida, pero se sabe que afecta casi exclusivamente a los habitantes el mundo occidental. La alimentación refinada, rica en carnes y grasas saturadas, y pobre en frutas, hortalizas y cereales “la llamada comida rápida” es uno de los factores que aumenta el riesgo de padecer colitis ulcerosa.
Esta se manifiesta con diarrea, dolor abdominal, sangrado ocasional en las heces, cansancio y pérdida de peso. Puede degenerar en cáncer de colon.
Una alimentación protectora del colon puede contribuir a mejorar la evolución de esta enfermedad.
Aumentar el consumo de: hortalizas, hierro, vitamina A, leche de soja, manzana, membrillo, granada, níspero, plátano, zanahoria, papaya, zapote, arroz, avena, yogur. Disminuir el consumo de: salvado de trigo, café, especias, hamburguesas, carne roja.